Exposición individual y publicación del catálogo “Marmoris. Transitar en el alma del mármol”, 3 autores, 25 pág., ISBN: 978-84-608-6019-8, 2016, exposición celebrada en el Teatro Romano de Cartagena, del 1 de octubre al 30 de abril de 2016.
TEXTOS
DE MÁRMOLES Y PIEDRAS. Elena Ruiz Valderas. Directora del Museo Teatro Romano de Cartagena
MARMORIS. TRANSITAR EN EL ALMA DEL MÁRMOL. Olga Rodríguez Pomares. Doctora en Bellas Artes y Artista
GALERÍA DE IMÁGENES DE LA EXPOSICIÓN MARMORIS. TRANSITAR EN EL ALMA DEL MÁRMOL
DE MÁRMOLES Y PIEDRAS
La visita de Olga Rodríguez Pomares al Museo despertó un entusiasmo especial en la que escribe estas líneas, el tema de su obra sobre mármol que parte de su propia vivencia en la Academia de Bellas Artes de Carrara (Italia), nos mostraba también esa vuelta al pasado, a los materiales naturales y duraderos, ahora con un lenguaje contemporáneo, donde la artista expresa su contacto con la fuente material, la piedra, pero también con la imagen elaborada.
Mencionar Carrara nos conduce de forma ineludible a sus preciadas canteras de mármol, que para Olga han sido una fuente de Inspiración, pero también nos evoca necesariamente a la cercana ciudad portuaria de Luni, punto estratégico para el comercio y transporte de esta noble piedra, el marmor lunensis, en la Antigüedad, y de forma directa a Augusto para el que tuvo un protagonismo esencial.
Precisamente en ese mismo mármol se elaboró en tiempos de Augusto el programa ornamental y decorativo del Teatro Romano de Cartagena; molduras, cornisas, basas capitales, altares, relieves y esculturas. La calidad y cantidad de los distintos elementos arquitectónicos, escultóricos y epigráficos del edificio, lo han destacado como uno de los primeros teatros hispanos que recibió un programa ornamental elaborado en mármol de Carrara, que no sólo sobresale por su calidad artística, sino también por su alto valor ideológico y simbólico.
Así de las mismas entrañas de las canteras de Carrara, donde salieron los bellos capiteles del teatro romano y muchas grandes obras del renacimiento, emerge la obra de Olga Rodríguez Pomares con ese viaje al mármol blanco aprovechando sus texturas, huecos e irregularidades. En la exposición “MARMORIS. Transitar en el alma del mármol”, el marmor lunensis se convierte en protagonista y es el soporte básico de esta exposición que se inaugura en el Museo Teatro Romano de Cartagena, en este contexto la propia presencia de la arquitectura romana en la sala le otorga un carácter excepcional a la muestra, al establecer un diálogo entre las piedras antiguas y las obras contemporáneas. En ella, la artista ha penetrado en el estudio del material y su comportamiento frente a diversos procesos y tratamientos superficiales, pero ofreciendo una propuesta personal y contemporánea donde fusiona las imágenes del viaje y la piedra que se entremezclan en grata armonía, creando unas esculturas capaces de retener las experiencias y los recuerdos visuales recogidos durante su viaje.
La piedra actúa en su obra como soporte perdurable, pero también como lienzo perfecto para transferir imágenes que reflejan emociones y sensaciones de ese personal cuaderno de viaje de la artista por las ciudades y pueblos de la Toscana. Arcos, capiteles y columnas, puertas y ventanas a veces con bocetos de Miguel Ángel, otras con proyectos de Andrea Palladio o Brunelleschi se convierten también en documentos plasmados en piedra.
A su experiencia vital se une la amplia formación e investigación de la artista, que también domina el bello oficio de cantero, pero también nos deja ver en su obra su pasión y destreza en el dibujo y la pintura, creando un proyecto expositivo donde la artista ha transitado en el alma del mármol, ha experimentado una simbiosis con el paisaje y los monumentos de la Toscana, ha respirado el aire y la poesía del renacimiento, ha buceado en las bibliotecas y libros, y nos presenta una obra donde se percibe ese “alma del mármol” entre la memoria y el arte de sus esculturas.
Elena Ruiz Valderas
Directora del Museo Teatro Romano de Cartagena
PIETRA VIVA, PIETRA SCOLPITA
La escultura refleja nuestra humanidad física y espiritual, así, la muestra que nos presenta Rodríguez Pomares nos revela e induce a que estemos dispuestos para ver y sentir, aunque a veces no entendamos bien lo que vemos, si bien, siempre podremos percibir el corazón palpitante de la piedra, pietra viva, pietra scolpita. Propuesta a modo de un álbum de recuerdos, un viaje vivido, el viaje de la vida, el camino de la memoria, es como sumergirse en otro mundo, en otro tiempo, donde la escultora conserva experiencias de museos y archivos; son encuentros desde la contemporaneidad. Es una relación de intercambio, de préstamo e hibridación cultural.
Las obras muestran imágenes transferidas, es un paisaje re-construido a partir de bocetos y dibujos realizados por Miguel Ángel, Andrea Palladio o Filippo Brunelleschi, así como fragmentos de detalles actuales de arquitecturas italianas que consigue plasmar, como si se tratara de vestigios de fragmentos puros, blancos e inmaculados en los mármoles de Carrara. Así pues, nos da una nueva lectura, entre la naturaleza y artificio, de la naturaleza descarnada de las canteras, valiéndose de las marcas, de las marcas del tiempo y del azar; la marca como conformación del soporte escultórico es respetada y conectada en el proceso de planificación estético y formal. A veces son obras non finito, ya que expresan lo que nuestra artista quiere formular, sobre ellas se posan los dibujos, sobre las formas pétreas en el continuo viaje en proceso, tan importante éste como el resultado final, donde la escultora le da palabra al tiempo.
Marmoris. Transitar en el alma del mármol, es un viaje a la cuna ancestral, y es desde donde la artista inicia un peregrinaje fruto de sus estancias en la Accademia di Belli Arti di Carrara (Italia), y que actualmente sigue en otras latitudes, con el objetivo de fusionar las imágenes captadas de la arquitectura sobre el mármol y por otro lado, el comportamiento que tiene la materia frente a diversos procesos y tratamientos superficiales. La muestra se compone de diversas esculturas, y se completa con una serie de fotografías del paisaje de la Toscana, que nos muestra la forma de concebir su Arte, que a modo de huella, recoge experiencias y recuerdos del viajarse de la artista, como diría Doña Emilia Pardo Bazán en ese sentido, del papel que juega el viaje en la formación del artista y por la traza que imprime a su personalidad.
Rodríguez Pomares, como antaño los hijos e hijas de la nobleza europea que desde el siglo XVII se marchaban a Italia para conocer las rutas clásicas, hace su particular Gran Tour, es un viaje iniciático a su interior, y donde ella nos muestra otro lado, su ser y su entorno creativo, donde nos vislumbra el alma del mármol, su alma atrapada en la talla, a través de bocetos y la memoria visual, donde dota a las esculturas de lirismo, y que recuerda a Albert Camus en su viaje por Italia, La Belleza, que ayuda a vivir, también ayuda a morir. Sin duda ha sabido imbuirse de la poética clásica que interviene en su quehacer artístico diario, dotando a sus esculturas de un enorme equilibrio, de contrastes de blanco y negro, de pureza y simplicidad, que hacen que sus obras adquieran una cuarta dimensión, aquella que surge entre el espectador y la pieza, estableciendo una química, una relación de emociones y sentimientos, desvelándonos el alma del mármol, el corazón palpitante de la piedra, en un camino emocional que nos invita a transitar.
Juan García Sandoval
Presidente de la Asociación Murciana de Críticos de Arte (AMUCA)
Museólogo y curador de exposiciones
MARMORIS. TRANSITAR EN EL ALMA DEL MÁRMOL
La serie que se expone en el Museo Teatro Romano de Cartagena se desarrolla en la ciudad italiana de Carrara. Una muestra de escultura donde el mármol y la arquitectura se conjugan, donde el orden y la planificación estética y formal del proyecto de una obra tan hermosa como Santa María Novella de Florencia, dialoga con el relieve y la morfología, el caos y la irregularidad de la materia pétrea. Conceptos que se relacionan y contraponen para expresar un viaje y un encuentro con los grandes maestros, Palladio, Brunelleschi y Michelangelo. Un transitar en el alma del mármol que hoy continúa en Cartagena, en presencia de la arquitectura romana, conversando con la piedra antigua.
Una vivencia que guardo en la memoria, llena de experiencias y recuerdos visuales que evocan el encuentro con el paisaje y la arquitectura de la Bella Toscana. Viajar siempre es interesante, y la Accademia di Belle Arti de Carrara ha sido mi destino favorito en los últimos años de formación y creación artística, para contemplar de cerca los procesos teóricos y experimentales desarrollados. Por otro lado, tuve la posibilidad de visitar museos, galerías y ferias, saboreando desde el renacimiento hasta las nuevas tendencias, y como de forma muy hábil comentó mi amigo, curador y crítico independiente de arte actual, Jose Luis Martínez Meseguer: “A la manera de Kavafis, Olga Rodríguez se plantea su recorrer artístico como un viaje, largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias. Siempre con Ítaca en su mente. Llegar allí es su destino. Más no apresura nunca el viaje. Mejor que dure muchos años y atracar, vieja ya, en la isla, enriquecida de cuanto ganó en el camino”.
Yo deseaba emprender mi viaje y que el camino fuera largo. Marmoris. Transitar en el alma del mármol, me ha enriquecido como artista y como persona, una peregrinación hacia el interior de mi ser y mi voluntad, para descubrir y crear, para emocionarme y vibrar, donde encontré lugares que permanecen en mi memoria, inalterados por el paso del tiempo, y que todavía me emociono recordando y sintiendo la magia de su luz, color y aroma. El paisaje fue un escenario revelador, donde encontré la inspiración y la poesía que emanan de sus monumentos, admirando su historia y cultura. Pero también fue la belleza de las «catedrales de mármol», las canteras de Carrara, las que me sedujeron con el mármol blanco. Y allí fue donde encontré el material más idóneo para cada pieza, respetando su memoria latente en sus manchas, colores y texturas, fisuras y cortes, huellas y pátinas naturales, que respeté como cicatrices de un pasado al que pertenecieron.
Un trabajo personal y profundo, donde reflexiono sobre la naturaleza y el orden arquitectónico, donde aprendo de los sabios del lugar la técnica y el oficio en un viaje a la quimera del arte, donde aquellos que creemos en la magia del mármol blanco y nos dejamos seducir por sus encantos, permaneceríamos para siempre a su lado. Una relación espiritual que escapa a mi voluntad.
Olga Rodríguez Pomares
Doctora en Bellas Artes y Artista
GALERÍA DE IMÁGENES DE LA EXPOSICIÓN MARMORIS. TRANSITAR EN EL ALMA DEL MÁRMOL